Tenemos plena confianza en poesía, en su poder de revuelta, en la capacidad que tiene para generar no solo cambio sino también inversión por varios motivos, entre ellos: 1) gracias a ser el medio por el cual nuestras emociones logran hacerse sentimiento en palabras que despiertan en el corazón del que escucha o lee o ve, 2) gracias a que está siempre por delante de nosotros, en la carrera por dar forma esas emociones oscuras o grises que laten como otro corazón, anticipando los Nuevos Tiempos que empiezan constantemente, como ahora, 3) y gracias a que es universal (es decir planetaria -hasta que se demuestre que no).
El siglo XXI nos presenta a poesía vaciada de todo sentido que no sea lírico, o sea trascendental. Para quienes no lo han entendido y juegan a la retórica en pos del poder y la ambición: con poesía, autores de medio pelo, no obtendrán más que sentimientos. Es el nuevo vestido de la poesía para este nuevo siglo, que se irá gastando hasta hacerse pedazos. Un vestido que la libera y recarga. Y que ha crecido de la mano del fracaso de las ilusiones que las leyes del mercado, nuestro sistema de papel y cobre, prometían: capacidad de comprar, para poder ser libre de elegir nuestra felicidad y adquirirla.
Poesía podría haberse alineado a este lenguaje, como todo, pensaron los pensadores calvos, de gafas gruesas de las universidades. Pero era imposible: poesía no necesita de nada porque es canto, y en sí grito. Cosa que viniendo al mundo sabemos.
Para portarse como mercader de mercado, recomendamos, poeta angustiado, pasarse a la narrativa o a la venta de verduras.
He aquí los videos!
Poesía paga (01)
Poesía paga (02)
Poesía paga (03)
No hay comentarios:
Publicar un comentario