[Texto leído en la presentación del libro en la librería Cien Fuegos, 15 de abril de 2016]
En primer lugar me
gustaría declarar mi alegría por haber contado con Galo Ghigliotto
y su Monosúper para añadir al catálogo de Nos Es Nada
editorial. Este es el segundo libro de este sello que dirijo y cuyo
cuidado editorial está en manos de Miguel Lerzundi e imagen y diseño
(y por tanto sus bellas portadas) a cargo de Arturo Valentino Ramírez
Gómez.
Ayer Galo me agradeció
por haberle publicado el libro. Cosa que me pareció extraña porque,
primero, aquel gracias debería dárselo yo y porque sobre todo en
sus palabras había abundante sinceridad. Luego entendí el por qué:
Monosúper era un libro, me dijo, incomprendido, desterrado de
concursos desde su primera página, rechazado de editoriales, un
libro, en suma extraño. Precisamente lo que me interesó a mí.
Pero no es de extrañar:
Monosúper es un libro con objetivos ontológicos y, por ende,
raro, queer, en el panorama de la poesía
contemporánea.
Lamentablemente el poeta
moderno-contemporáneo preocupado, obsesionado, distraído con el
dolor propio, su angustia íntima y personal, con su ego descuida y
deja en desuso la poesía metafísica y la poesía ontológica. Estas
solo son posibles a partir de la cualidad de pensar y sentir por los
suyos, en comunidad, en un nosotros, con un yo-colectivo. Por eso,
todo intento de abordar y responder a aspectos ontológicos a través
de la poesía, en este occidente monoteísta y alejado de la épica,
me parece valioso y resaltable.
Monosúper es,
detrás de la careta de superhéroe o personaje de cómic, un libro
de poesía que intenta dar respuesta a una preocupación ontológica
y esencial, quizá la primera, la más común, vanal e imposible: la
pregunta de ¿qué somos?
Lo que voy a hacer a
continuación es un modesto acercamiento a Monosúper, para
dar pistas a su lectura y hacerlo, tal vez, un poco menos “raro”.
Para ello me voy a centrar en algunos puntos básicos (5) sobre los
que se construye su engranaje de conceptos y principios.
I. El título
¿Qué es Monosúper,
la palabra? ¿Existe en el diccionario? No. (De hecho, por eso perdió
dos concursos literarios) ¿A qué hace referencia? ¿A un súper
mono? ¿A un mutante? ¿A un super héroe? No. ¿O también? Ya lo
descubriremos más adelante.
Por ahora bástenos decir
que se trata de la unión de dos prefijos:
“mono-” (uno, solo,
único) + adverbio “súper-”: en otras palabras, el “súperuno”,
“súpersolo”, “superúnico”.
Conectado con el “Uno
primordial” de Nietzsche, cosa que explicará mejor el autor. Por
ahora es un aspecto a resaltar y a no olvidar.
II. Monosúper, la
palabra y el significado.
Un nombre como
“Monosúper” conformado por dos prefijos es, desde luego, un
concepto, una idea; pero ante todo una palabra. De hecho la
“palabra”, es decir la palabra palabra, es un concepto clave para
el abordaje del libro. Sí, la palabra también es un concepto.
El texto introductorio
nos pone en cuestión precisamente la amplitud e importancia de las
palabras. Cito: “Te preguntas quién es la madre y el padre de la
palabra nacer” [fin de cita] y responde: [cito] “Tú eres el
padre y la madre, Monosúper, el único primordial capaz de dar forma
a una voz.” [fin de cita].
He aquí, pues, un primer
acercamiento a Monosúper: un creador de una voz; y al ser la voz una
creadora de palabras, nos referimos a un creador supremo.
El mismo texto
introductorio sigue reflexionando sobre la Palabra: [cito] “...las
palabras nunca mueren, sólo cambian su significado” [fin de cita].
Por lo tanto, ninguna palabra muere, incluso la “persona”: [cito]
“¿cuándo muere una persona? (…): cuando alguien pierde un brazo
o una pierna, e incluso la vida, esa persona no muere, sólo cambia
su significado” [fin de cita]. A lo que se agrega: [cito]
“Monosúper: tú eres el significado.” [fin de cita].
Efectivamente, al ser, como hemos citado anteriormente, el padre y
la madre de la palabra, el Monosúper, no puede ser otra cosa que el
significado.
III. La analogía
Otro elemento importante
en la construcción de Monosúper es la analogía. Obserbamos
una recurrencia de la analogía del cuerpo como Universo; lo que le
da una visión cósmica al cuerpo. Así es como el cuerpo es galaxia,
constelación; como la célula es planeta.
retículos
endoplasmáticos vibran como auroras boreales
en la noche de la
célula
la órbita del
material genético
en la ruta hacia la
proteína planetaria que pasará a ser parte
de una coreografía
se desplaza sobre
los huesos del citoesqueleto
compuertas en las
membranas se abren y se cierran:
el núcleo solar
irradia la información
que teñirá las
cosas para darles su forma
la mecánica
celeste de una célula
hace su ruido de
fábrica repetidas veces al interior del Monosúper
un barrio
industrial populoso y ensordecido
por el barullo de
piñones engranajes afinados
que generan ruido
mientras desfilan hacia la muerte:
esa es la voz de su
inconsciente,
ese el contenido de
la habitación secreta:
esa es la música
que el Monosúper cree desoír,
pero baila en
silencio.
Y esta analogía no se
restringe a la condición del humano, sino a todo cuerpo.
desde los
paisajes celulares se vislumbra el sol:
es una molécula de
ADN gigante que proyecta información
a lo ancho del
citoplasma. parece sonar de tanto que vibra
colores de fuego.
se desenrolla en sentido del tiempo
como un papiro
demasiado moderno de tan antiguo.
sobre los paisajes
celulares y el estadio de la mitocondria empuja
un largometraje de
colores que lo tiñe todo. esta vida es efímera
a la velocidad de
la luz.
El sol, pues, es una
molécula de ADN que gira en el sentido del tiempo.
Es interesante resaltar
cómo esta metáfora nos remite al movimiento giratorio del Universo,
de las galaxias, de los sistemas solares, los astros, los planetas y
nosotros en uno, el planeta que hemos llamado Tierra, también
girando, moviéndonos infinitamente.
Entonces, todo cuerpo se
encuentra en movimiento, gira y vibra. La vibración constituye la
música, el sonido y la palabra. Y juntos, todos como un solo TODO
recorremos la autopista infinita, el río inagotable, acometemos con
el viaje del destino que es el tiempo. En el cual, nosotros, como
todo cuerpo, como todo el Universo nos encontramos en constante
movimiento y transformación.
Otras analogías
biológicas:
Analogía biológica
entre el cambio de piel de los animales y el cambio de piel del
planeta Tierra. Por ejemplo, en los valles construimos casas,
luego edificios y constituimos las ciudades. De los caminos pasamos a
las carreteras, a las autopistas. De la oscuridad nocturna, a la luz
artificial. Y así la piel del planeta va cambiando.
La analogía del
genotipo y la atmósfera: el genotipo es la información genética
que posee un organismo. Por tanto, qué forma más bella y certera de
definir la atmófera con esta metáfora. De hecho, ¿qué es el
planeta tierra, cualquier planeta si no una casualidad y una
constitución de su atmósfera?
[Cito]
el vehículo
somático que habitas Monosúper
cada cierto tiempo
cambia de piel
sus escamas mutan
de casas en
edificios
de caminos en
carreteras
te quedas parado
mirando cómo su
paisaje se transforma
salvo el cielo
genotipo de un
planeta
código de
estrellas llamado la noche:
[Fin de cita]
IV. El fractal.
El fractal es un elemento
clave para entender la red de relaciones que constituye el concepto
de Monosúper.
El fractal es un objeto
geométrico que se repite a diferentes escalas. Es decir, una forma
que está constituida por formas iguales, las cuales a su vez están
constituidas por estas mismas formas a escala inferior, las cuales a
su vez están constituidas por estas mismas formas a escala aún más
inferior y así puede ir hasta el infinito. En la naturaleza hay
ejemplos de fractales: el romanesco (híbrido entre brócoli y
coliflor), los copos de nieve, las grietas por la sequía, las plumas
del pavo real, las hojas de las plantas, algunas alas de insectos,
etc.
Tener claro esto es
importante para entender Monosúper. Y es que ¿Cómo podemos
entender que algo sea también otra cosa y a la vez todo? En esta red
de relaciones y analogías, en la que, como hemos visto, Monosúper
es desde el Universo hasta la célula, en la que Monosúper es
significado, madre y padre de la palabra, solo la existencia del
fractal puede soportar el engranaje: nosotros somos, pues, una
repetición a escala menor del planeta, de la galaxia, del Universo;
y los demás objetos y nuestra composición orgánica una repetición
también a escala menor nuestra, de nosotros.
La célula está
cubierta de piel
es una semilla
aterciopelada
es un Monosúper
gigante que se fragmenta y se disuelve en otros
pequeñas semillas
fractales vainas iridiscentes
se desintegran en
nebulosas
en explosiones
celestes que componen figuras:
Así somos lo mismo desde
el ADN hasta el Universo: una sobre e infradimensión de nosotros
mismos.
más allá del
límite se multiplican los límites
sin dirección y en
todos los sentidos:
una constelación
llamada Monosúper
abre realidad con
un machete de paisajes:
un convoy de
células virus átomos avanza
y no hay un final
cada viajero es una
luz que dibuja sobre el vacío:
recorrer el
infinito
es una forma de
inventar el tiempo.
V. La paradoja.
En esta red de relaciones
y existencias, la paradoja es también fundamental porque cumple la
función de unir en uno solo la partícula con el todo, la
insignificancia de los Monosúpers con la grandeza del Monosúper
total, la insignificancia del Monosúper humano frente a su
proyección de su TODO.
[Cito]
no me avergüenzo
de decir que soy
lo menos importante
del universo
porque al mismo
tiempo
yo soy el universo
y si disparo un
cometa en mi cabeza
todo desaparece:
soy el cometa
y permanezco
sobre mi ruta:
soy la paradoja
el carácter del
arracimamiento
[Fin de cita]
Todo es pues un entramado
de relaciones paradójicas que permiten la existencia y la
convivencia:
[Cito]
todo es un
asunto de relaciones
los planetas [que
bailan a lo lejos]
con largos
vestidos y máscaras
y uniformes
envían informes a
los ejércitos que avanzan sobre la tierra
a los cardúmenes
que avanzan bajo las aguas [donde el mar es el mar]
a los electrones
y a las partículas de tiempo:
el gran reloj
cosmológico
empieza su ritmo
en mi vientre
donde estoy yo,
encerrado
dando vueltas a
una manija:
[Fin de cita]
Esta paradoja que subjace, en el
Monosúper, y en todos los cuerpos dialoga con la dualidad esencial
de cosmovisiones ajenas a la occidental: la del yin-yang chino, por
ejemplo, o la del tinku andino que hacen posible la convivencia y
encuentro de contrarios, de los opuestos. En la cosmogonía andina el
tinku o encuentro de contrarios propicia el tenso equilibrio que
nunca es completo, jamás es pleno, pero que se acerca a esa plenitud
gracias a otras categorías como el yanatin (o pares iguales),
el ayni (o alternancia reíproca de contrarios) y el kuti
(o inversión). Ese constante acercamiento, esa tensa lucha que
demanda el alcanzar el equilibrio, es precisamente la que permite el
movimiento del tiempo: la historia.
Monosúper es la
propuesta cosmogónica de Galo Ghigliotto, un postulado del entramado
de relaciones de lo que sería la existencia y no existencia; en la
que todo cuerpo sería la proyección de un Todo y un Todo
proyectado, a manera de fractales, unidos a través de la paradoja.
Una resolución mística y alquímica en tanto que lingüística;
subversiva en tanto que trans-occidental; un intento que nos
trasciende en tanto que va más allá de nuestra cosmovisión y nos
conecta con las cosmogonías más tradicionales, antiguas, que pese a
todo perviven bajo la arrogancia de la lógica, como las grandes
verdades inexplicables e inamovibles; una resolución poética en
tanto que levanta a la palabra como la creadora y fundadora de todo.
L.M. Hermoza
abril, 2016
París
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